Los rastros que dejan las computadoras portátiles o de escritorio son muy diferentes a los que dejan los
teléfonos inteligentes y las tablets. Los teléfonos modernos han evolucionado como criaturas del ecosistema de la Internet moderna y,
por lo tanto, su funcionamiento suele crear huellas más indiscretas.
Un navegador web estándar es muy diferente de las aplicaciones (“apps”) que utilizan los smartphones y
lasa tablets. Las aplicaciones se conectan directamente a los servicios en Internet
usando interfaces específicas. El desarrollador de la aplicación controla qué información se envía
a otros servicios o dispositivos, y el usuario final solo puede acceder a
este control en la medida que el desarrollador lo permita. En particular, los
dispositivos móviles reducen la capacidad de los usuarios de conectarse
en forma anónima.
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